Vivir sobre la
muerte. Bailar y correr toros sobre las sepulturas. Todo forma parte del ritmo
vital e intenso de la ciudad, de sus calles y su plaza. La muerte, omega y alfa
de la vida, siempre está presente en la ciudad, forma parte indisoluble de su
esencia y de sus habitantes. En ocasiones se enseñorea cuando azota de modo
inmisericorde con epidemias y pestilencias;
a veces se refleja en las celebraciones de severos y solemnes decesos
reales. Y siempre, también para todos, el tañido quedo, doblando a difunto,
recordaría de tiempo en tiempo la fugacidad de la vida y el dolor de familiares
y deudos ante la que se considera antesala y tránsito doloroso a otra vida.
El arca,
siempre generosa en informaciones, avara al conservar sus escritos, deja que la
muerte aparezca con solemnidad o con relatos que hablan de la continua
construcción de la sociedad trujillana, de la ciudad y su plaza.
Porque, a
veces, la muerte que muestra el arca habla de convivencia, de festejos sobre
lápidas, de una ciudad y una plaza que se construye al mismo tiempo que acerca,
integra, engulle, aleja o excluye sepulturas y osarios.
La presencia
de la muerte no es problema alguno para que junto ellos, los muertos, se reunan
los vivos:
“Sepan quantos esta carta vieren, como nos, el conçejo de Trugillo,
estando juntados en el çementerio de la iglesia de sant Martín desta dicha
villa a canpana repicada segund que lo avemos de uso e de costunbre...”[1]
Tumbas en interior de la iglesia de San Martín |
Y pasado el
tiempo, aquel espacio de recogimiento, vida y muerte, sigue mostrando en sus
cimientos la fugacidad de la vida, la persistencia y el rastro de quienes, ya
difuntos, se acercaban al lugar donde se perpetuaba la vida con toros y mercado retumbando sobre ellos.
El arca nos
ayuda así a entender lo que vemos hoy bajo el suelo de la iglesia de San Martín
y nos hace imaginar cómo sería ese rincón en el que ahora se alza imponente el
atrio de la iglesia, un espacio en el que vida y muerte formaban parte del
bullicio de una plaza en la que se lloraba a los muertos y se corrían los toros
en las alegrías.
1518,
mayo 21-24. Trujillo
Ordenança del çimenterio.
Este dicho día los dichos señores dixeron
que por quanto en la plaça de san Martín de esta çibdad, que es la prinçipal
que en ella ay, está el çimenterio de la dicha yglesia de señor san Martín que
sale en mucha cantidad en la dicha plaça, y de las lahudes que están puestas
sobre las sepulturas están unas altas e otras baxas y están peligrosas para los
días de fiestas y alegrías e toros e ansy mismo en mucha suçiedad de la dicha
plaça, que mandavan e mandaron por la onra de la dicha plaça y por lo bien que
pareçería estando llana, que se allane a costa de la dicha çibdad e que se faga
ordenança para que de aquí adelante la persona o personas que ovieren de
levantar lahude para fazer sepultura para enterrar algunos defunto o defuntos,
sean obligados a la tornar asentar e dexar llana e ygual, so pena de dos reales
e que a su costa lo farán allanar. La qual ordenança Alonso Regodón, vicario de
esta çibdad dixo que fará confyrmar al señor obispo de Plasençia e mandaron que
esto se ponga en pregón quien lo faze el día de Pascua e se remate el
postrimero día de Pascua.
En XXIIII días del dicho mes de mayo del dicho año, estando so el dicho portal de señor san Martín a canpana tañida, los dichos señores alcalde e regidor fizyeron apregonar el dicho çementerio por el dicho pregonero Miranda e no lo puso nadie en preçio. Testigos, Gómez Dávalos e Gil Gonçález hijo del dicho señor Nuño Garçía de Chaves e otros muchos
Pregón.
Este día, en la plaça pública de la dicha
çibdad se dio un pregón por Juan Pérez de Talavera, pregonero, diziendo sy ay
alguna persona o personas que quieran tomar a allanar el çeminterio de señor
san Martín, venga ante los señores justiçia e regidores y póngalo en preçio y
sepan que se a de rematar el postrymero día de Pascua.
II pregón.
En veynte e tres días del
dicho mes de mayo del dicho año, estando so el portal de señor san Martín a
canpana tañida, los señores alcalde e Nuño Garçía de Chaves, regidor, fizieron
apregonar por Miranda, pregonero, el dicho çeminterio e no paresçió quien lo
pusyese en preçio. Testigos, Luis de Góngora, escrivano, e el alguazil mayor e
otros muchos.
III pregón. En XXIIII días del dicho mes de mayo del dicho año, estando so el dicho portal de señor san Martín a canpana tañida, los dichos señores alcalde e regidor fizyeron apregonar el dicho çementerio por el dicho pregonero Miranda e no lo puso nadie en preçio. Testigos, Gómez Dávalos e Gil Gonçález hijo del dicho señor Nuño Garçía de Chaves e otros muchos
(Archivo Municipal de Trujillo. Legajo 13,
fols. 38r-39r.)
Iglesia de San Martín. Fondo Fotográfico del Museo de Cáceres. |
[1] Archivo Municipal de
Trujillo. Legajo 1.1, núm. 1, fol. 1r. Arrendamiento de la guarda de los
prados, alcáceres, fuentes, alberca y muladares. Aunque no tiene fecha, por el nombre de los regidores que se citan el
documento puede situarse hacia 1384.
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