Belén parece estar siempre mirando al oriente. Agazapado
en el berrocal como si sus casas crecieran de él, el arrabal de Belén, el antiguo Papalbas,
se mantiene a distancia de Trujillo, del que parece ocultarse.
Calles entrecruzadas y apiñadas, calles de
referencias agrarias, de Eras, Aguas y Parral, de Fontanillas y Papalvas, del Lavadero,
de aguas vertientes que corren hacia el Merlinejo. Belén sigue manteniendo la identidad de un lugar tranquilo y
acogedor que mira siempre hacia la salida del sol. Y siempre, por su humildad y
tamaño, necesitó del entendimiento de Trujillo para poder mantener y alimentar
a su gente donde siempre quiso vivir. Por eso, cuando las circunstancias extremas lo
requieren, reclaman ese entendimiento y apoyo.
1809,
septiembre 18. Trujillo
Señores Presidente y vocales de la Junta Municipal
de esta ciudad de Truxillo
Pedro Donoso, Francisco Borreguero, Gonzalo Ximénez, Bernardo
Fernández, Francisco Donoso, Juan Martín, Juan Ximénez y Joaquín Fernández,
vecinos de esta ciudad y moradores en su arrabal Casas de Belén, a vuesas señorías
con el debido respeto exponen: que deseosos de seguir con sus exercicios de
labradores, se ven precisados a solicitar una dehesa descansada de labranza por
no haver podido hacer a su debido tiempo la labor en la que tienen arrendada
por la imbasión del enemigo en esta ciudad y sus arrabales, y siendo la más apropósito
la de Carrascalejo que disfruta la cavaña de Perella y linda con la Mengalozana,
propia del convento de San Francisco el Real puerta de Coria de esta dicha
ciudad, que disfrutan los suplicantes.
Ésta hace 16 años la labran los vezinos de Belén y
siempre divida en dos ojas por su poca capacidad y extensión, de manera que
sembrándola en este año, cansada y sin labor, se exponen a trabajar sin fruto
después de que para sembrar tienen que vender sus alajas y con su importe comprar
las mieses por no haver cogido un grano de ninguna especie por causa del
incendio que se experimentó en la oja sembrada de dichos labradores por las
tropas franzesas, en tal disposición que si esta gracia no consiguen de la alta
consideración de vuesas señorías, tienen que abandonar las labores y tomar
otros arvitrios para substentar a sí y sus familias; por todo lo qual, teniendo
presente y hacerlo a la Suprema de la Provincia si vuesas señorías lo juzgan
por oportuno.
Suplican a V.S. resolver lo que tengan por conveniente, en orden a la
conservación de la agricultura, ramo tan interesante para las circunstancias
del día. Truxillo 18 de septiembre de 1809.
Pedro Donoso (rúbrica) Francisco Borreguero (rúbrica)
(Archivo
Municipal de Trujillo. Legajo 1191.4)
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