Para los trujillanos, la plaza (del arrabal primero, Mayor después, de
la Constitución o del Rey, según los tiempos) ha sido siempre el corazón de la
ciudad. Es el
mercado, es la fiesta, son las capeas y los toros, es el rollo, símbolo de su autoridad y que en ella
estuvo primero. Es la voz de los pregones y hoy
del canto a su Virgen. La vida de la ciudad se refleja en su plaza y a lo largo
de los siglos crecen los portales y se llena de casas que reflejan el peso
social y económico de sus habitantes.
En ella se abren comercios y a ella llegan quienes acuden los jueves
atraídos por los puestos del mercado.
En la esquina del portal de la verdura y la calle Tiendas, tiene su
comercio a principios del siglo XIX Ramón María García Ramírez de Arellano.
Natural de Don Benito, de donde es su madre Antonia, llegó a Trujillo hacia
1794. En 1807 ya es elegido regidor de la ciudad e incluso formará parte del
primer ayuntamiento constitucional que en 1812 se elige en Trujillo de acuerdo
con la Constitución gaditana. Como otros muchos comerciantes de la ciudad,
parte de sus raíces están en Cameros (su padre José es de Nieva de Cameros) y
de allí proceden los parientes que desde niños trabajan en el comercio, aprenden
el oficio y se labran un futuro en estas tierras. En 1819, Gregorio Moreno
Hernández, con 14 años, ha seguido desde Villoslada de Cameros hasta Trujillo a
su hermano mayor Hermenegildo, que es ya cajero en el cercano comercio de su
tío Ibón Sánchez Lollano en la calle Tiendas. Con 19 años, Gregorio trabaja
también de cajero en el comercio de Ramón María. En Trujillo morirá y aquí seguirán sus
hijas Águeda, Saturnina y Vicenta y sus nietos, Luis Andrada Moreno, que
aprenderá de su padre Diego el trabajo de la madera, y Antonia Hernández
Moreno, cuyas inquietudes religiosas le llevarán a fundar, junto al sacerdote Juan
Tena, la Congregación religiosa Hijas de la Virgen de los Dolores.
Y todo eso se inicia en este portal de la plaza, donde el sol no llega
de frente y es lugar adecuado en los fuertes calores del verano.
1814, junio 14. Trujillo.
M.Y. Ayuntamiento de esta
ciudad
Miguel Barrero, vezino de
ella, a V.SS. con el debido respeto dice: que de tiempo inmemorial se ha
obserbado en esta ciudad ponerse a vender por las mañanas el tocino, morzilla y
garbanzos remojados a la esquina del portal de la verdura y puerta de don Ramón
García, en los tiempos de calor más particularmente, y deseando el suplicante
continuar en dicho puesto haciendo su comercio con beneplacito del dueño de la
casa para ebitar se le derrita la cecina
Suplica a V.SS se sirban
acceder a esta tan justa solicitud por dicho motibo, como tambien por no causar
perjuicio a ninguna otra persona, en que recibirá singular merced con justicia.
Truxillo, junio 14 de 1814
Por Miguel Barrero
Juan Francisco Diez (rúbrica)
(Archivo Municipal de Trujillo. Legajo 1191)
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