6 de mayo de 2012

Aligerando gastos


Finanzas, deuda, déficit, crisis, ajustes, recortes, ahorro. Palabras que resuenan estos días como extraña letanía y que generan una mezcla de pesimismo y desazón. 
 A lo largo de los siglos XVI, XVII y XVIII, las continuas demandas de la Corona a la ciudad de Trujillo para sufragar sus cercanas y lejanas aventuras bélicas y los inmensos gastos que el continuo tránsito de tropas genera en algunos momentos en esta ciudad acaban por situar a la en otro tiempo saneada hacienda trujillana al borde del desastre. Una y otra vez se acude a préstamos que solucionen las apremiantes y urgentes necesidades del concejo, pero pronto vuelven las exigencias.
Cuando en junio de 1655 la ciudad y su corregidor, Diego de Guzmán y Velasco,  comisiona a los regidores Francisco de Monroy Escobar y Álvaro de Contreras Portocarrero para que analicen la situación financiera de la ciudad, sus deudas y empeños y presenten soluciones para el "alibio de las cargas que tiene", ambos regidores no lo dudan: aligerar gastos. Bajada de salarios, despidos, recortes en fiestas, "una bela y no más" y las limosnas, con moderación.  El arca nos muestra que nada ha cambiado: nuevos problemas con viejas soluciones.

1655, septiembre 13. Trujillo.

Los señores don Françisco de Monroy Escobar y don Álvaro de Contreras Portocarrero dieron quenta a la ziudad como en virtud de la comisión que les dio en diez y ocho de junio pasado deste año para ver y reconozer el memorial de la renta de la ziudad deste año y de las deudas que tiene y confiriesen la mexor dispusizión que se pudiese tomar para desempeño desta ziudad y alibio de las cargas que tiene y que en su execuzión traen a este ayuntamiento las adbertenzias que les a parezido convenientes para lo referido; y aviéndolo visto y considerado los dévitos grandes que tiene y que le es preziso dar forma en los gastos, acordó por aora que desde el día de san Andrés deste año en adelante se quiten los salarios de la música, menos los ministriles, y que en la fiesta del Santísimo Sacramento que se zelebra el día del Corpus Cristi y su otava se paguen dozientos ducados y en la de la Candelaria se den belas a todos los cavalleros capitulares de este ayuntamiento, escrivanos del, mayordomo y médico, alguazil mayor y porteros y al cabildo eclesiastico que se hallaren presentes, a cada uno una bela y no mas.
Al relojero se le dé de salario doze mil mrs. en que entre el azeite para los relojes, y dos fanegas de trigo; a los dos deheseros de yeguas y cavallos se les quita el trigo.
Al sacristán de Santiago, por tocar a las ánimas y ronda, zien reales.
Al prezeptor seis fanegas de trigo.
A los dos deheseros de yeguas y cavallos se les quita el trigo.
A las guardas que se les pague el trigo a la tasa, que junto su prezio con los dos mil mrs. de salario hazen zinco mil seisçientos y setenta y dos mrs. cada año. Los quales se les paguen la metad en arbitrios y la otra metad de lo que prozediere de las condenaziones de montes.
Que no se den ayudas de costas a nadie y las limosnas que se dieren sean con moderazion.

(Archivo Municipal de Trujillo. Legajo 74.3. Folio 188v.)

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