1656, enero 23. Trujillo.
El señor alcalde mayor dio cuenta a la ciudad de que tenía notiçia de un onbre llamado el Gordillo, caudillo de vandoleros, que avía entrado en los términos de esta çiudad robando y salteando, poniendo grande espanto y temor en poblado y despoblado, a que era justo poner remedio; y la çiudad acordó se busque y hagan bibas dilixençias sobre su prisión y castigo; y suplica a el señor alcalde mayor se sirva tomarlo por su cuenta y pasar los gastos neçesarios y correspondençia; nonbró por comisarios a los señores don Luis de Loaysa y Chaves y don Alonso de Mendoça Sotomayor y en este estado se quedó.
(Archivo Municipal de Trujillo. Legajo 75.1. Fols. 6v-7r.)
El Gordillo, bandolero que asolaba las tierras trujillanas a mediados del siglo XVII y que hizo que el concejo tomase la determinación de movilizarse para detenerle y llevarle a prisión. Son muchas las noticias curiosas de índole muy diversa que se recogen en las actas municipales. En su lectura nos detenemos a veces en ellas y siempre pican nuestra curiosidad. porque... ¿quién era el tal Gordillo?
El océano de la red, ese maravilloso mundo a nuestro alcance, aparece hoy como inmensa arca que nos permite rastrear en segundos cientos de "documentos" que, con paciencia, acaban por saciar esa curiosidad. José Luis Bermejo Cabrero, en su obra "Poder político y administración de justicia en la España de los Austrias" (Madrid, 2005), nos proporciona la pista. Bandoleros en el siglo XVII que suponen un verdadero peligro para la paz ciudadana en puntos muy diversos del país, aunque muchos de ellos ligados a Sierra Morena y los caminos que conducen a Madrid.
A través de las palabras de Jerónimo de Barrionuevo, un auténtico periodista que entre 1654 y 1658, y desde Madrid, escribe sus "Avisos" al Deán de Zaragoza dándole cuenta de todo cuanto acontece en la Corte, nos llegan las noticias de este bandolero "a lo grande", con numerosa cuadrilla y asombrosa movilidad que, desde Valencia a tierras de Extremadura, intentará incluso ponerse al servicio de los portugueses. En palabras de Bermejo Cabrero, un verdadero representante de "un bandolerismo que busca la ganancia rápida y que puede resultar muy violento, frente a lo que la idealización posterior del bandolero quiera hacer valer". Final del enigma Gordillo. ¡Menudo prenda!.
"El Gordillo de Méntrida, que está retirado en Valencia, se ha venido ahora a Sierra Moreno, y se pasea hasta Guadarrama, haciendo él y otros que le siguen de las suyas (...)
El Gordillo de Méntrida corre hasta Talavera con 100 hombres, y tiene aquí sus agentes y parciales con quien se entiende, y entra y sale en Madrid sin ser conocido a los robos de más importancia, teniendo mozuelos que entran en las casas ricas a servir y registrarlo todo (...) con que nadie está seguro en su casa (...)
Llegó el Gordillo de Méntrida, cerca de Trujillo y Medellín con 100 caballos y 100 arcabuceros de pie, que a los malos se les juntan otros muchos con facilidad, y en el lugar de la villa de Mérida, por adelantarse con ocho caballos, le prendieron y soltaron luego, pensando que era soldado, temerosos de que toda la gente no diese sobre el lugar. No había llegado su hora. Quiso meterse en Portugal, y los portugueses le estorbaron, aunque dijo iba a servirlos, diciendo no habían menester ladrones, y que soldados no les faltaban. Hase dicho después acá que en Escalona le han preso. Gran cosa sería quitar de entre los buenos un hombre tan malo. Dios lo haga."
(Jerónimo de Barrionuevo. Avisos)
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Gustave Doré. Viaje por España |