Todo aquello que aconteció en pueblos y ciudades se ha
conservado y trasladado a otras generaciones en forma de hábitos y costumbres,
en canciones y leyendas, en dichos y pareceres orales, pero también, en otras
ocasiones, los acontecimientos y noticias, lo que ocurría en ciudades, villas y
aldeas, lo que se comunicaba o se conocía de la Corte se iba atesorando en
valiosos y cuidados libros, en colecciones de documentos que, a resguardo de
manos desaprensivas, de la ignorancia y sobre todo del olvido, se han
custodiado en arcas y archivos de un modo celoso y ordenado que guardan
escrituras y acuerdos, pragmáticas y actas, cuentas, dictámenes y ordenanzas.
En algunos lugares como Trujillo existió un maravilloso
hábito y costumbre que se trasladó a lo largo del tiempo: la preservación del
archivo y sus documentos, revisando sus fondos, buscando quienes reconociesen su
oscura letra, asegurando la vuelta a sus estantes de aquellos que faltasen
o reponiendo con copias los originales perdidos.
Aunque también hubo tiempos lejanos y próximos de oscuridad para su archivo. Fueron tiempos en los que la guerra lo amenazó o en los que desaparecieron algunas de sus piezas documentales. Todo ello mutila el archivo como también se le mutila y cercena haciéndole caer en el olvido o cuando se piensa en él como bien crematístico, de cambio o que tiene que ser útil… Y claro que siempre el archivo y sus documentos son útiles cuando se conservan, se preservan y se utilizan adecuadamente para entender la historia y el acontecer humano, para no caer en los mismos errores del pasado, para generar una sociedad más culta protegiendo lo que nuestros mayores y tantas generaciones anteriores fueron atesorando, acrecentando y legándonos. Ahora, cuando se produjo un considerable salto en las comunicaciones y en el mundo de la información son más necesarios los antiguos documentos, considerados ignorantemente por algunos como viejos papeles, porque son un patrimonio valioso que seguir utilizando, desentrañando todo lo que atesoran para que nuestros hijos y los hijos de nuestros nietos entiendan lo que heredamos de quienes nos precedieron.
Aunque también hubo tiempos lejanos y próximos de oscuridad para su archivo. Fueron tiempos en los que la guerra lo amenazó o en los que desaparecieron algunas de sus piezas documentales. Todo ello mutila el archivo como también se le mutila y cercena haciéndole caer en el olvido o cuando se piensa en él como bien crematístico, de cambio o que tiene que ser útil… Y claro que siempre el archivo y sus documentos son útiles cuando se conservan, se preservan y se utilizan adecuadamente para entender la historia y el acontecer humano, para no caer en los mismos errores del pasado, para generar una sociedad más culta protegiendo lo que nuestros mayores y tantas generaciones anteriores fueron atesorando, acrecentando y legándonos. Ahora, cuando se produjo un considerable salto en las comunicaciones y en el mundo de la información son más necesarios los antiguos documentos, considerados ignorantemente por algunos como viejos papeles, porque son un patrimonio valioso que seguir utilizando, desentrañando todo lo que atesoran para que nuestros hijos y los hijos de nuestros nietos entiendan lo que heredamos de quienes nos precedieron.
1747, diciembre
23. Trujillo
La ziudad acordó que los señores don Vizente Heraso y don
Antonio de Torres, rexidores deste aiuntamiento, para que juntando las llaves
del archivo de papeles de ella con el señor don Juan Basilio Lovo reconozcan
todos los papeles que tiene la ziudad en su archivo por el libro avezedario que
tiene de ellos y los que falten se busquen y en caso de no encontrarse se
ocurra por dichos señores al Real y Supremo Consejo de Castilla y Chanzillería
de Granada a sacar de sus orixinales los tantos de los instrumentos que
faltasen, sacando las fechas de los días, meses y año en que se consiguieron,
librando las porziones que nezesiten para satisfazión de los ministros que se
ocuparen en esta dependienzia sobre el mayordomo de propios.
(Archivo Municipal
de Trujillo. Legajo 274, fol. 57.)
No hay comentarios:
Publicar un comentario