Volvieron
los romeros de festejar en Guadalupe la fiesta de la Natividad de la Virgen.
Los monjes les dieron cobijo y comida a aquellos que lo necesitaron. Rezaron
ante la Virgen morena de las Villuercas y al retornar a sus casas, algunos
enseñan sus nuevos zapatos. Porque antes
de salir de La Puebla, el monje portero ayudó a los romeros pobres con pan y
vino para el camino, y un par de zapatos que protegieran sus pies en la vuelta
a casa. Esos
zapatos se hicieron en los talleres del monasterio, en su zapatería.
La
fiesta fue grande y los romeros numerosos. Los largos trayectos para ver a la
Virgen obligaron a otros muchos a comprar zapatos nuevos para la vuelta, o para
guardar y lucir en mejor ocasión. Fue grande la fiesta y la venta estuvo
asegurada.
Muchos
de los zapatos que traen los romeros desde Guadalupe no los hicieron en los
cuidados talleres del monasterio. Salieron de las manos artesanas de los
zapateros trujillanos que acudieron a la fiesta con su calzado, porque ninguna
celebración reúne a tanta gente.
Pero
antes debieron pedir licencia para llevar sus productos a Guadalupe. Está fuera
de la tierra trujillana y el concejo protege el mercado local. No puede quedar
desabastecido el comercio de la ciudad y por ello limita y reduce sus
pretensiones.
Treinta
y un zapateros pasaron ante el concejo de Trujillo cuando terminaba agosto de
1498, pidiendo licencia para llevar sus zapatos fuera de los límites de la
ciudad. Pocos cristianos entre ellos porque en el trabajo del cuero, los
zapateros trujillanos son casi todos moros. Así, los Piedrahita, los Plaza, los
Crespo, Bote, Zorzal o Chicato querrán llevar a Guadalupe más de 2700 pares de
zaparos y más de 800 pares de suelas. Pero el concejo consideró que tal
cantidad era demasiado y ese año salieron para las Villuercas tan solo 1736
pares de zapatos, 480 pares de suelas y 6 pares de borceguíes. Ese año en
muchos lugares se calzó “moda” trujillana.
1498, agosto 31. Trujillo
Abdallá
Gallego, çapatero, pide liçençia para sacar a Guadalupe CL pares de todo
calçado e XL pares de suelas e ocho dozenas de cordovanes. Danle C pares de
çapatos e suelas e tres dozenas de cordovanes.
Abdallá
Chicato pide liçençia para sacar VI dozenas de cordovanes y LX pares de çapatos
e çapatas e XXX pares de suelas. Danle para tres dozenas de cordovanes e
sesenta de todo calzado e suelas.
Hamed
de la Plaça pide liçençia para sacar çient pares de todo calçado, danle para
çinquenta pares de todo calçado e suelas.
Mohamad
de la Plaça pide otro tanto, e LX pares de suelas, danle para çinquenta de todo
calçado.
Abrahin
de Orellana pide liçençia para sacar CXX pares de todo calçado e L pares de
suelas e tres dozenas de cordovanes. Danle para ochenta pares de calçado e suelas
e dos dozenas de cordovanes.
Ferrando
Piçarro, çapatero, pide liçençia para sacar quatre dozenas de cordovanes e tres
dozenas de badanas e quinze dozenas de çapatos chicos e quarenta pares de otro
calçado. Danle para quatro dozenas de badanas e cordovanes e çapatos chicos
diez dozenas e del otro calçado mayor tres dozenas.
Abrayn
de Piedrahita pide liçençia para sesenta pares de çapatos y quatro pares de
borzeguíes. Danle para dos pares de borzeguíes e quarenta pares de çapatos.
(Archivo Municipal de Trujillo. Legajo 6.8.
Fols. 82r-84v)
Detalle
de San Vicente en la hoguera. J.
Huguet.
Hacia 1450-1455. Museo
Nacional de Arte de Cataluña.
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