29 de agosto de 2013

La elección de la Virgen de la Piedad


    Al finalizar el mes de julio de 1686, una nueva ermita de Nuestra Señora de la Piedad ocupaba el lugar de la destruida por un incendio un año antes. Los caballeros regidores en quienes la ciudad había delegado todo lo concerniente a su reconstrucción terminaban los preparativos de las fiestas, procesión y sermón que pocos días más tarde celebrarían la bendición del nuevo templo. Una pequeña imagen de la virgen, salvada de las llamas, sustituiría a la reducida a cenizas. Juan Antonio de Oviedo Monroy y Fernando José de Orellana Pizarro, los regidores comisarios, solicitaban de sus compañeros en el ayuntamiento que señalasen la fecha para la celebración, al tiempo que preguntaban "qué adorno y vestidos se an de poner a la sancta imagen y Nuestra Señora que en la dicha iglesia se preservó del fuego y está colocada en la iglesia de señor San Martín". 
   El domingo 18 de agosto fue la fecha elegida por el ayuntamiento para celebrar los actos de colocación de la nueva imagen en la nueva ermita. Deberían asistir "los cavildos de curas y benefiçiados y las comunidades de religiosos, procurando que el adorno de Nuestra Señora sea el más deçente y del mejor luçimiento".
   Y sin embargo, todo se altera apenas dos semanas antes de la celebración al recibir el concejo una curiosa limosna que viene a sumarse a las múltiples que los trujillanos han realizado para poner de nuevo en pie su ermita. La señora Cecilia de Chaves y Orellana, viuda de Pedro de Chaves y Mesía, ofrece una imagen de la virgen de su propiedad por si la ciudad la considerase conveniente para ser colocada en la ermita.
   La duda debió ser grande entre los regidores asistentes a la lectura de la petición presentada por doña Cecilia. ¿Aceptar la nueva imagen que sustituyera a la salvada milagrosamente de las llamas? ¿Rechazarla? La ciudad decidirá admitir el ofrecimiento, disponiendo que la imagen "se trayga a la sala del ayuntamiento para verla y reconoçer quál de las dos imágenes será más apropiada para colocarla en la hermita que se a reedificado". En manos de los dos regidores comisarios se deja la decisión de qué imagen habrá de recorrer el camino que en procesión irá desde el templo de San Martín hasta la nueva ermita de la Piedad.


1686, agosto 13. Trujillo

Donaçión a la cofradía de la Piedad
El señor don Diego de Cárdenas Portocarrero, rexidor de esta çiudad, por los señores don Juan Antonio de Oviedo Monroy y Portocarrero y don Fernando Joseph de Orellana Pizarro, comisarios nombrados por esta çiudad para el reconocimiento de la sancta imagen de Nuestra Señora que dio a esta dicha çiudad doña Çeçilia de Chaves, que están al presente enfermos y no an podido asistir en este ayuntamiento, dixo que en cumplimiento de lo acordado por él el día seis de este presente mes pasaron a esta sala donde se puso la dicha santa imagen, la qual haviéndola visto y considerado atentamente, les pareçió podía colocarse en la iglesia y templo de Nuestra Señora de la Piedad en lugar de la que consumió el fuego, por ser de estatura correspondiente a ella y estar con toda perfección y adorno, quedando la ymagen de Nuestra Señora de la Piedad de cuerpo más pequeño, que está al presente en la iglesia de señor San Martín,  para las proçesiones que la cofradía sita en dicha yglesia tiene entre año, como se ha hecho asta aquí, mediante lo qual pareçió a dichos señores comisarios podía esta çiudad dedicarla desde luego a dicha cofradía para el efecto referido, o disponer lo que fuere más del agrado desta dicha çiudad. Lo qual visto por ella, acordó que la dicha santa ymagen que al presente está en esta sala se dé de limosna y haga de ella graçia y merçed a la dicha cofradía de Nuestra Señora de la Piedad para que la ponga y coloque en su altar en lugar de la que el fuego consumió, por ser mayor que la que tiene en la dicha iglesia de San Martín y más semejante y pareçida a la referida y hallarse con los adornos deçentes para su colocaçión y la dicha cofradía la pase a la iglesia de San Martín desde donde se a de llevar en proçesión a la dicha iglesia de la Piedad el domingo diez y ocho desde mes como está acordado.

(Archivo Municipal de Trujillo. Legajo 85.3. Fols. 70v-71r.)

P.S. Quizás el arca guarde en alguno de sus recónditos rincones información que nos permitiera saber algo más de la imagen donada a la cofradía de la Piedad. Habrá que seguir buscando. No se nos dice en el texto cómo era dicha imagen y desconocemos su destino. Al desaparecer la ermita de la cofradía de la Piedad, quizás en los revueltos momentos de la Guerra de la Independencia, los estudios de Juan Tena indican que la imagen existente en la dicha ermita pasó a la iglesia de San Lorenzo o Jesús y posteriormente a la de San Francisco, donde recibía culto en los años 60 del pasado siglo, describiéndola como "de tambor muy devota y agradable". ¿Será ésta la imagen de nuestro acuerdo? Hoy, esa imagen, restaurada, se encuentra en la iglesia de San Martín.


Nuestra Señora de la Piedad

14 de agosto de 2013

Fuego en la Piedad


La Cofradía de Nuestra Señora de la Piedad de Trujillo se reunía en su ermita a lo largo del año en aquellas festividades marianas en las que honraban a su Virgen: la Natividad, la Presentación de la Virgen, la Concepción, la Expectación de María, la Anunciación, la Visitación... Pero dos días al año la fiesta era grande, había procesión y la misa era cantada: el dos de febrero, día de la Purificación de la Virgen, y el día grande, el de la Asunción de María. Era también el momento en que se renovaban los oficiales de la cofradía (alcalde, diputados, mayordomo de la ermita, mayordomo de la cera y escribano), elegidos por los salientes en la víspera, aunque sus nombres se mantenían en secreto hasta el día siguiente, en el momento de la misa mayor.
1685 fue un año seco. Las lluvias faltaron y ya vimos cómo las rogativas a la Virgen de la Piedad se sucedieron a lo largo de la primavera. De vuelta a su ermita, la celebración de su fiesta el 15 de agosto congregó a los cofrades y a otros muchos trujillanos. Pero esa noche, entre las doce y la una de la madrugada un incendio acabó con la ermita y casi todo lo que en ella se conservaba. Ante el fuego, acudieron a ella muchos vecinos, impotentes ante la destrucción de aquello que amaban y "no pudieron atajarle ni reservar de tanto ynçendio la milagrosa quanto debota ymagen de Nuestra Señora que, adornada de lo más rico y preçioso que thenía, fue reduçido a zeniças".
La consternación de los trujillanos se vio pronto superada por la devoción de la ciudad, que logrará que en pocos meses una nueva ermita y una nueva imagen vuelvan a ser el centro de una fiesta y una devoción de tanta tradición en Trujillo y a ello contribuirá la ciudad, sus regidores y otros muchos trujillanos que aportaron lo que pudieron para reedificar la ermita. El arca nos irá mostrando esta más que curiosa historia, porque no termina aquí.


1685, agosto 27. Trujillo
Noticia de la quema del templo de Nuestra Señora de la Piedad. Limosna, acuerdo y comisión.
El correxidor dijo a la ciudad es notorio a todos sus capitulares y veçinos la grande fatalidad que subcedió en el templo de Nuestra Señora de la Piedad el día de su glorioso tránsito y subida a los cielos, quinçe de este mes por la noche, reduciéndole la voraçidad de las llamas y fuego que se ençendió en él a çeniça, lástima que a llorado tiernamente y está sintiendo la ciudad. Y deseando todos bolver a reedificar este templo y colocar en él la imagen de Nuestra Señora de la Piedad, de más pequeña talla y hechura que la que el fuego desyço, por averse preservado (a lo que se entiende) milagrosamente de sus llamas que en parte la tocaron, y creerse es la primitiva y antigua de el tenplo, el alcalde y ofiçiales de la cofradía an tratado de dar prinçipio a la obra. Y antes de poner mano en ella, haçer esta representaçión a la çiudad por la de el señor corregidor, para que la govierne y disponga lo que fuere neçesario, a su elecçión y voluntad, socorriendo a neçesidad tan urgente, ya por çiudad como por particulares, con la limosna que de su generosidad se espera, como lo an hecho en otras ocasiones, por ornato de la iglesia y speçial deboçión, en la literalidad de las andas de plata que para el trono de Nuestra Señora dio esta çiudad, bestidos, joyas, cortinas, frontales y otras cosas. Y visto por la çiudad acordó se dé de limosna para la dicha obra por aora, y en el interin que se hallan medios de mayor consequençia que poder aplicar a función tan sagrada y de la devoçión y afecto de la çiudad, mandó la reaçer de menor pues el tienpo y enpeños en que se alla no permiten mayor extensión. Y el mayordomo de propios los dé y entregue del caudal más pronto de la çiudad para lo qual se despache librança en forma.
    Y por los señores rexidores que están presentes se ofreçió lo siguiente.
El señor don Juan de Oviedo, el salario entero de su rejimiento y de este presente año que cunple por San Andrés del.
El señor don Antonio de Orozco ofreçió el suyo.
El señor don Fernando Piçarro de Orellana ofreçió el suyo.
El señor don Juan de Orozco ofreçió su salario entero.
El señor don Diego de Cárdenas Portocarrero ofreçió la mitad de su salario.
El señor don Manuel Hurtado ofreció çinquenta reales de su salario.
El señor don Ygnaçio de Alarcón ofreçió enteramente su salario.
El señor don Estevan de Heraso ofreçió de su salario çinquenta reales.
El señor don Garçía de Alarcón ofreçió dos reales de a ocho de su salario.
El señor don Juan de Camargo ofreçió enteramente su salario.
El señor correxidor ofreçió dar luego mil reales de vellón.
La çiudad, haviendo visto los ofreçimientos de los cavalleros rexidores que están presentes,  acordó se despache dellos librança en el mayordomo de propios.
La çiudad dijo que respecto de haver entendido a de salir a pedir por las calles el correxidor para esta obra, acordó le asistan en funçión tan piadosa los señores don Juan de Oviedo y Monroy y don Fernando de Orellana Piçarro, y con el señor correxidor entiendan en la mayor perfeçión de la obra. Y que no se deje de travajar por falta de materiales, disponiendo la mayor asistençia y eficaçia.

1686, mayo 8. Trujillo
Que se benda la plata.
La çiudad dixo que con el frangente y fuego que se encendió en la hermita de Nuestra Señora de la Piedad, las andas de plata, vestidos y otras alajas deste género que dio para adorno de la santa imagen se quemaron y deshiçieron, de forma que en lo presente no se pudo recoger sino una cantidad corta que no llega a cien onzas de plata y ésta no puede servir según lo a reconoçido la çiudad en este ayuntamiento, donde se a traydo por Joseph Morante, en cuio poder esta. Y que teniendo la obra de la yglesia tan adelantada, no se puede acabar de perfiçionar y componer por la falta de medios y limosnas, siendo muy sensible a los veçinos se quede en este estado. Por tanto, acordó que la dicha plata se venda con ynterbençión de los señores correxidor y comisarios en esta feria y lo que proçediere de ella se emplee y gaste en acabar la dicha obra.

1686, julio, 11. Trujillo
Que se acava la obra de la Piedad y se disponga lo neçesario para la proçesión y fiestas.
El señor correxidor dixo que después que sucedió el inçendio en el templo de Nuestra Señora de la Piedad no a faltado a la dirección y fábrica de su reedificaçión asta haverla puesto en aquella perfección que según los medios se a podido con la mayor firmeza y decençia que a pareçido. Con que los ofiçiales que an trabajado y trabajan en la obra le aseguran estaría del todo perfectamente acabada y en estado de poder colocar en el dicho templo a Nuestra Señora para mediado el mes que biene, mediante lo qual lo partiçipa a la çiudad para que lo tenga entendido y disponga lo nezesario para esta funçión, que se haga con el luçimiento que se puede esperar de suçeso.
Graçias que se dan a el señor corregidor.
Y visto y entendido por la çiudad, acordó dar y dio repetidas graçias al señor correxidor por el cuydado, actividad y çelo con que se a aplicado a esta reedificaçión y mayor perfecçión del templo.

(Archivo Municipal de Trujillo. Legajo 85.2 fols. 60v-63v. Legajo 85.3. Fols. 48, 60v-61r) 


6 de agosto de 2013

La Virgen de la Piedad


   El verano es tiempo de fiestas. Tradicionales o nuevas, los pueblos y barrios celebran a sus vírgenes y santos.
   El barrio trujillano de la Piedad se ha reunido en torno a su Virgen. Una imagen nueva que ocupa el lugar de otras antiguas veneradas en este mismo lugar por los trujillanos de otros siglos. Virgen que fue siempre "peregrina", recorriendo las calles de Trujillo desde su ermita hasta la iglesia parroquial de San Martín o hasta la de Santiago. Y siempre este cambio fue para recibir de todos una petición constante: las lluvias. La falta o exceso de agua llevaba a la ciudad a mirar hacia el cielo implorando a su mejor intercesora: Nuestra Señora de la Piedad. Procesión y novena, ruego de los trujillanos y vuelta a su ermita, junto a la que hoy se siguen reuniendo quienes no olvidaron esta advocación.


1685, abril 10. Trujillo
Rogativa por agua.
El señor corregidor dijo a la çiudad que respecto de haverse dethenido las aguas que acen falta a los panes, que se ban poniendo en estado lastimoso, y ser muy de la obligaçión de la çiudad recurrir a la piedad divina ynplorando su clemençia por medio de Nuestra Señora de la Piedad, en cuya ynterçesión siempre que la a buscado a hallado conoçidos alivios y socorro, theniendo por muy conveniente en afliçión semejante açer una proçesión general y rogativa a Nuestra Señora. Y visto por la çiudad acordó se aga espeçial rogativa y se prevenga a el cavildo para ella, para que se aga el viernes treçe de este mes. Y los cavalleros rexidores del mes prevengan lo neçesario para esta funçión.

1685, abril 21. Trujillo
Proçesión por agua.
El señor don Esteban de Tapia propuso a la çiudad cómo en consideraçión de la calamidad que se experimenta y falta de agua para el fruto de las plantas era nezesario ocurrir a pedir el remedio a Nuestra Señora de la Piedad, trayendo a Su Magestad en prozesión a la iglesia parroquial del Señor Santiago. Y visto por la ciudad, acordó se tragese e hiçiese proçesión general y señaló esta funçión para mañana en la tarde, que se contarán veinte y dos del corriente; y que los cavalleros comisarios hagan las diligençias nezesarias para ello.

1685, mayo 10. Trujillo
Que se buelva a Nuestra Señora a su hermita.
Que se baje a Nuestra Señora de la Piedad a su santa hermita el lunes por la tarde que se contarán catorze del corriente, y los señores comisarios dispongan lo nezesario para la dezencia de esta función.

(Archivo Municipal de Trujillo. Legajo 85.2. Fols. 22r.-22v., 23v.-24r., 32r.)

Nuestra Señora de la Piedad