El
geógrafo dice: “A lo largo del tiempo los seres humanos han ido observando de
modos muy diversos los acontecimientos y los ritmos de la naturaleza, el
devenir del tiempo y las estaciones, la dirección y tipo del viento o las predicciones de lo que
denominamos tiempo meteorológico. Esa observación mostraba su fragilidad y
también su capacidad para tratar de aventurar
y prever situaciones. Técnicas basadas en la observación y en la utilización de
medios y materiales diversos siempre fruto del momento histórico y tecnológico,
del grado de desarrollo y de necesidad ante los embates o los cambios de la
fuerza de la naturaleza.
A medida que el desarrollo, la ciencia y la tecnología
avanzaron, a medida que el ser humano se hizo más urbano, incluso habitando en
entornos rurales, la distancia entre los colectivos humanos y la naturaleza se
fue agrandando. Nos fuimos olvidando de la naturaleza y de la observación, nos
olvidamos de los hábitos y las habilidades desarrolladas para luchar contra el
calor o las aguas, del modo de prever los cambios de tiempo observando aves o
insectos, de los refranes que acuñaban saber de generaciones, o del modo de
saber cómo y de donde venían los vientos.
En
nuestro arca siempre encontramos referencias a ese otro saber, habilidad y técnica
que permitió conocer la naturaleza antes de que en gran medida la olvidáramos o
ilusamente, como ahora, nos creyéramos superiores a ella. El viejo arca nos mostrará
cómo los trujillanos sabían de vientos solanos o de poniente con técnicas que
tal vez hoy puedan hacernos sonreír, pero que entonces se mostraban suficientes
para seguir habitando sobre el berrocal y el cerro Cabeza de Zorro”.
Y
también de ello debió ocuparse el concejo, reponiendo en las torres de las
iglesias de Santa María y San Martín unas velas caídas que los vientos no
movían.
1534, febrero 16 y 28. Trujillo
Que
se adobe la vela de Santa María.
Este dicho día los dichos señores dixeron que
por quanto la vela de la torre de Santa María está cayda e no se manda, que
cometian e cometieron al señor Martín de Chaves que la faga adobar.
Velas
de Santa María e Sant Martín.
Este día los dichos señores mandaron que el
mayordomo faga adereçar las velas que están en las torres de Santa María y Sant
Martín, que están caydas y no las mueve el viento para conosçer los vientos que
corren.
(Archivo Municipal de Trujillo. Legajo 20.14,
fols. 113r. y 118r.)
Iglesia de San Martín. Fondo Fotográfico del Museo de Cáceres. |