En Trujillo, el agua fue siempre objeto de atención e
interés. Siempre el agua fue necesaria para beber y vivir, para regar los
huertos, para poder encontrar peces que vender en el mercado y abrevaderos para
saciar la sed del ganado. Es Trujillo una ciudad encastillada sobre el
berrocal, alejada de cursos intermitentes de agua que la rodean y que en
tiempos de verano se muestran escasos o inexistentes.
Pero siempre hubo otras aguas aún más vitales para la
ciudad. Las que la abastecieron y procuraron su sustento, las que permitieron
sobrevivir a sus habitantes en las cortas primaveras y, sobre todo, en los
intensos veranos y tardíos otoños. Han sido las aguas más próximas y
necesarias, las que se almacenaban en aljibes, las que brotaban generosas de
fuentes o de pozos excavados con maestría y esmero.
Pasarán siglos antes de que las lejanas sierras de las
Villuercas tengan que abastecer la ciudad, cuando fueron insuficientes pozos,
fuentes y manantíos de los tiempos medievales y modernos, cuyos nombres han
llegado hasta nosotros atesorados en el arca.
El ornato y cuidado de aguas tan preciadas no solo fue
una cuestión por la que el concejo debió velar, vigilando y limpiando con
especial esmero en tiempos de pestilencia, sino una obligación de los vecinos
que, sorprendentemente, de tiempo en tiempo parecieran olvidar su valor, razón
por la que habrían de ser reconvenidos a través de acuerdos y ordenanzas.
1586, junio 30. Trujillo
Ordenança que no laven ni echen ynmundiçias en la
fuente de la Encarnaçión.
Este día se acordó y puso por ordenança, que ninguna
persona de qualquier calidad y condiçión que sea no sean osados de lavar paños
ni tripas ni otra cosa alguna ni echar perro ni gato ni piedras ni palos ni
otras ynmundiçias algunas en la fuente y pilar que esta çibdad a fecho en la
plaça de la Encarnaçión desta çibdad, so pena de seysçientos mrs. aplicados por
terçias partes çibdad, juez y denunçiador y que se proçederá contra ellos
conforma a justiçia y que así se apregone públicamente.
(Archivo Municipal de Trujillo.
Legajo 57, fol. 262r.)
1628, agosto 9. Trujillo
Comisión para linpiar las fuentes y poços.
Que el señor Juan Gómez vea el pozo junto a San Miguel
y la fuente del Çerro y haga que se linpien y adereçen para que tengan agua y
ansí mismo haga que las demás fuentes y poços desta çiudad se linpien y
adereçen, de suerte que tengan agua clara y linpia para la provisión y gasto de
los veçinos desta çiudad, atento que ay falta della y de no linpiarse y
adereçarse podrían las dichas fuentes y poços cubrirse con el çieno dellas los
manantiales y resultaría dello mucho daño y perjuiçios. Y para que se remedie y
se linpien se dio comisión en forma al dicho señor Juan Gómez y haga en ello
todo lo neçesario.
(Archivo Municipal de Trujillo.
Legajo 68, fols 483v-484r.)