El geógrafo dice: "El fuego siempre ha formado parte de la
cultura agraria mediterránea. Un elemento de vida y muerte. Un elemento que
permanentemente nos acompañó en los viejos y sencillos hogares y que se utilizó
como arma para desbrozar las tierras, para preparar los pastos del próximo
otoño, para limpiar posíos y viejas rastrojeras... y cuando se desmandaba,
corría desbocadamente por campos y montes.
El verano siempre era un tiempo temeroso, cuando los fuegos se combinaban con intensos estiajes, con pastos elevados. Entonces, de tiempo en tiempo, las campanas que siempre anunciaron la vida y la muerte en pueblos y ciudades repicaban llamando a los vecinos y una corriente colectiva aventaba a las poblaciones rurales que acudían prestas a contener lo incontenible, a enfrentarse con su conocimiento, con sus habilidades y con el trabajo duro y esforzado, a un enemigo que ellos conocían y sabían manejar diestramente."
El verano siempre era un tiempo temeroso, cuando los fuegos se combinaban con intensos estiajes, con pastos elevados. Entonces, de tiempo en tiempo, las campanas que siempre anunciaron la vida y la muerte en pueblos y ciudades repicaban llamando a los vecinos y una corriente colectiva aventaba a las poblaciones rurales que acudían prestas a contener lo incontenible, a enfrentarse con su conocimiento, con sus habilidades y con el trabajo duro y esforzado, a un enemigo que ellos conocían y sabían manejar diestramente."
1727, junio 15. Trujillo.
La ziudad dixo que mediante la gran abundancia de pastos con que se
hallan los campos de su juridiçión, se deve temer el que los fuegos que en
ellos se introducen hagan graves estragos en los montes de su juridiçión. Para
cuio remedio suplicó al señor correxidor se sirva de mandar: que vajo de las
penas impuestas por lei del reino y otras que le parezcan correspondientes,
ninguna persona sea osado de ençender fuego en dichos campos i montes para
quemas, rozas, camadas, haçer carbón ni cardillo, ni con otro motibo alguno, y
que se publique así en esta ziudad por vando como por vereda en las villas i
lugares de su partido.
(Archivo Municipal de Trujillo.
Legajo 254. Fol. 29v-30)
1717, junio 30. Zorita.
Yo Martín Blázquez Díaz, escrivano del número y aiuntamiento de este
lugar de Zorita, de la jurisdizión de la ziudad de Truxillo, por merced del
reverendisimo Padre Prior y Convento de Nuestra Señora de Guadalupe <i Real
Aprovazión>, zertifico y doi fe cómo aora que serán las quatro de la tarde
de este día se a dado notizia a los señores alcaldes del averse enzendido fuego
en los montes de Portera, término de esta villa y zerca de este lugar, los que
en cumplimiento de su obligazión mandaron tocar la campana y juntaron jente
para apagar dicho fuego. Y a este fin salieron de este lugar, y para los efectos
que les combenga me pidieron al presente y de su mandado lo signe y firme en
dicho lugar, en treinta de junio de mil setezientos y diez y siete años. Entre
renglones =Y Real Aprovazión= Vale=
En testimonio de verdad (signo)
Martín Blázquez Díaz