El geógrafo dice: "Sobre la inmensa penillanura de pizarras duerme apaciblemente el berrocal. Es como un inmenso galápago –tal vez salido de propio Magasca- dormitando y tendido al sol. Su milenario caparazón está adornado y cabalgado por bolos graníticos, un castillo, una ciudad y varias poblaciones. También por escobas y retamas que ahora estallan en blancos y amarillos y que atenúan su aparente dureza.
Entre esas formas siempre hubo un tesoro escondido. Es el más valioso en estas tierras de tiempos cambiantes: el agua. El berrocal atesora este recurso que casi no corre por encima de él, pero que se almacena en su interior. Desde antiguo, las fuentes y los pozos eran conocidos, apetecidos y cuidados. Especialmente en tiempos de escasez y sequía.
Sus nombres aparecen una y otra vez en los documentos: Añora, Olalla, Carbonera, Almohalla, el Parral, Zarzuela, Fontalba, Marcinillos, fuentes "que son de beber".
En esos tiempos de escasez, cuando el agua atesorada en las entrañas del berrocal es más demandada y necesaria, cuando las nubes pasaron de largo o no aparecieron en otoños e inviernos secos, era entonces cuando había que acudir al arcano, a los buscadores de tesoros y adivinadores de veneros. El zahorí, armado de su conocimiento antiguo, de su sensibilidad extrema y de su vara de avellano, abedul, arce o fresno, recorría los lugares y decía dónde había de ahondarse, cuánto habría de hacerse y lo cuantioso de ese tesoro acuoso que encontrar. Aunque, eso sí, ese zahorí señalaba los lugares donde ya había fuentes y pozos, y en los que habría de buscarse con más ahínco y a mayor profundidad."
Marisa López saca del arca ese momento.
Entre esas formas siempre hubo un tesoro escondido. Es el más valioso en estas tierras de tiempos cambiantes: el agua. El berrocal atesora este recurso que casi no corre por encima de él, pero que se almacena en su interior. Desde antiguo, las fuentes y los pozos eran conocidos, apetecidos y cuidados. Especialmente en tiempos de escasez y sequía.
Sus nombres aparecen una y otra vez en los documentos: Añora, Olalla, Carbonera, Almohalla, el Parral, Zarzuela, Fontalba, Marcinillos, fuentes "que son de beber".
En esos tiempos de escasez, cuando el agua atesorada en las entrañas del berrocal es más demandada y necesaria, cuando las nubes pasaron de largo o no aparecieron en otoños e inviernos secos, era entonces cuando había que acudir al arcano, a los buscadores de tesoros y adivinadores de veneros. El zahorí, armado de su conocimiento antiguo, de su sensibilidad extrema y de su vara de avellano, abedul, arce o fresno, recorría los lugares y decía dónde había de ahondarse, cuánto habría de hacerse y lo cuantioso de ese tesoro acuoso que encontrar. Aunque, eso sí, ese zahorí señalaba los lugares donde ya había fuentes y pozos, y en los que habría de buscarse con más ahínco y a mayor profundidad."
Marisa López saca del arca ese momento.
1498, julio 13. Trujillo.
XIII de julio
Las fuentes que dize zahorí saca aguas que se han de fazer alderredor de la çibdad son estas
Dize que çerca de la Çarçuela, entre la dicha fuente de la Çarçuela e el majuelo de los herederos de Sancho de Cabrera ay agua casy duçe e que cavando ally e fasyendo fuente larga, que dixo que han de cavar dos estados e medio, que sacarán asaz agua e que la piedra que se fallare será buena de quebrar e que serán dos dedos de agua cavándose los dichos dos estados e medio en hondo.
Dixo que cavando e ahondando la fuente del Añora çinco palmos más de lo que agora está, que avrá en ella dos tanta agua.
Dixo que cavando çerca e junto con la fuente que está çerca de los Martyres, a la parte de la mano yzquierda, tres estados en hondo, que es cada estado diez palmos, que sacarán tres dedos de buena agua duçe e que la peña que se fallare será razonable de cavar.
Esto dixo que faziéndose asy que saldrá verdad e díxolo asy veyendo los sytios desto por los ojos e estando presentes el señor corregidor Día Sanches de Quesada e los señores Juan Núñez de Prado e Tomás de Bonilleja, regidores. Testigos que fueron presentes Juan Velásquez e Ferrando de Orellana e Françisco de Gaete e otros muchos vezinos de la dicha çibdad.
Quedó e asentó el dicho zahory con los dichos señores corregidor e regidores que el verná a esta çibdad a ser presente a abrir e sacar las dichas aguas de oy en quinze días primeros siguientes al más tardar, e que non saliendo asy lo suso dicho que él pagará las costas e que saliendo asy verdad el conçejo le satisfaga lo que vean que es razón e a su vyrtud lo dexó etc. Testigos los dichos.
Dize que çerca de la Çarçuela, entre la dicha fuente de la Çarçuela e el majuelo de los herederos de Sancho de Cabrera ay agua casy duçe e que cavando ally e fasyendo fuente larga, que dixo que han de cavar dos estados e medio, que sacarán asaz agua e que la piedra que se fallare será buena de quebrar e que serán dos dedos de agua cavándose los dichos dos estados e medio en hondo.
Dixo que cavando e ahondando la fuente del Añora çinco palmos más de lo que agora está, que avrá en ella dos tanta agua.
Dixo que cavando çerca e junto con la fuente que está çerca de los Martyres, a la parte de la mano yzquierda, tres estados en hondo, que es cada estado diez palmos, que sacarán tres dedos de buena agua duçe e que la peña que se fallare será razonable de cavar.
Esto dixo que faziéndose asy que saldrá verdad e díxolo asy veyendo los sytios desto por los ojos e estando presentes el señor corregidor Día Sanches de Quesada e los señores Juan Núñez de Prado e Tomás de Bonilleja, regidores. Testigos que fueron presentes Juan Velásquez e Ferrando de Orellana e Françisco de Gaete e otros muchos vezinos de la dicha çibdad.
Quedó e asentó el dicho zahory con los dichos señores corregidor e regidores que el verná a esta çibdad a ser presente a abrir e sacar las dichas aguas de oy en quinze días primeros siguientes al más tardar, e que non saliendo asy lo suso dicho que él pagará las costas e que saliendo asy verdad el conçejo le satisfaga lo que vean que es razón e a su vyrtud lo dexó etc. Testigos los dichos.
(Archivo Municipal de Trujillo. Legajo 5.8. Folio 67v.)